sábado, 3 de octubre de 2009

Semilla es vida y es milagro:
la semilla repite a diario el milagro de la multiplicación del alimento ... tierra, aire, agua y cultura son sus condiciones.
Semilla es biodiversidad: decenas de miles de variedades de semillas son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad …
Semilla es libertad: porque nos independiza de la tienda de los alimentos y la de los comerciantes de insumos agrícolas.
Semilla es poder: el de comer según nuestra cultura; el de escoger nuestro propio sistema de producción.
Semilla es solidaridad, porque la podemos compartir con el vecino, con el prójimo, con el excluido, con el desplazado, con el hambriento, con otro productor de vida..

Semilla es compromiso, es entrega, es cariño, es enamoramiento, porque así es como cada persona del campo la planta, la cultiva, y la cosecha para su propio beneficio y el de otros consumidores.

Semilla es identidad, es territorio, porque somos lo que comemos, porque la cultura se expresa en el territorio.
Semilla es cultura, porque nos invita a convivirla, a conocerla, a entenderla, a conservarla, a enamorarla, a mantenerla para que ella nos mantenga ...
La persona que conserva las semillas naturales asciende a un nivel ético, se coloca bajo la mirada de su Dios y bajo la paz de su conciencia; asciende a un papel político de liberación social.
La semilla natural es sagrada: no es mercancía, es un don divino otorgado a través de la naturaleza y la cultura ...
Las semillas naturales no pertenecen al reino de los transgénicos, de la certificación, del patentamiento o privatización de la vida ...
Sembrar y comer son actos sagrados:
agradezcámoslos con oración y con ritual.

Mario Mejía.

1 comentario:

  1. Estimado mänfäriël,

    Su blog es muy interesante. Le animo a que siga desarrollándolo y a que escriba usted algunas entradas con el fruto de su experiencia personal.

    Un cordial saludo desde Salamanca,

    Emilio

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