viernes, 11 de septiembre de 2009


El VERDE DEL ARCOIRIS

Hizo lo que hizo y se sentó a admirar su obra.
La Dama de la creación sació su sed con agua cristalina.
Comió vegetales, y los compartió con los animales.
Quiso cantar y creó el sonido.
Quiso saltar y las montañas brotaron de la superficie.
Quiso divertirse y apareció la lluvia.
Quiso sonreír y se le ocurrió un arcoíris.

Ahora, no se sabe cómo está de humor,
Pero se dice que el verde le gusta para sentarse.
El verde le gusta para aprender, le gusta para crecer.
No es su color favorito, pero es lo que la hace sentirse viva.



“Y se levantó la gran madre selva,
En medio del recuerdo
De la destrucción de la tierra.
Se asentó derecha y alzó su copa,
Pidiendo hojas que no tuvieran fin”

Chilam Balam de Chumayel.

LOS ROSTROS

Hermano, miro tu cara, y sin saberme digno de llamarte hermano,
Descubro en tus ojos el eco milenario de la promesa. No sólo la rabia
Contenida, la vida vulnerable, la miseria… También la dignidad soberbia,
El sentido de la espera, la entereza.

¿A quién le toca ahora ser humilde?
¿A quién le corresponde la paciencia?
¿Quién debe ya ceder un poco, mirar al otro, reconocer la vida?

Tu rostro cubierto se expone más que nunca.
El mío lo he tapado entero,
Por vergüenza…

Laura López Argoytia.

martes, 8 de septiembre de 2009

origen

“Primero se formaron la tierra,
Las montañas y los valles,
Se dividieron las corrientes de agua,
Los arroyos se fueron corriendo
Libremente entre los cerros,
Y las aguas quedaron separadas
Cuando aparecieron las altas montañas”

Popol Vuh

Montañas del Sur, del Norte, y de todos lados.

Las montañas existen. Son una masa de árboles y de agua,
De una luz que se toca con los dedos,
Y de algo más que todavía no existe.

Penetradas del aire más solemne,
Nada como ellas para ser la tierra,
Siglos de amor ensimismado, absorto
En la creación y muerte de sus hojas.

Efraín Bartolomé.
Poeta de las Cañadas de la Selva Lacandona
Ocosingo, Chiapas, México.